domingo, agosto 06, 2006

Hecho de menos lo que no he visto nunca

Pues aquí andamos de vacaciones, y la cosa no pinta bien.
Después de esperar tanto este momento y a una semana de andar por aquí, no me siento satisfecha. Y es que es triste pensar que me echan de mi isla.
Todo lo malo continua, y todo lo bueno cambia hacia lo malo.
Primeramente me aburro con mi gente lo mismo que lo hacía con 16 años, y eso cuando la veo.
Además el turismo sigue invandiendo igual las calles en agosto, y encima cada vez veo más italianos. En principio debería estar contenta porque no son ingleses "juligans", pero este año el mundial ha hecho mucho daño a estos individuos.
Y por si fuera poco, la construcción de la autopista sigue adelante, y estan creando una fantástica isla de cemento. Parece increible ver como se puede destruir tanto, algo que muchos ya veíamos destruido.
Mi tierra, mi cielo, mi mar.
Hablo con amigos mios sobre las obras, y ellos dicen: "Y que le vamos a hacer ya".
Como dice mi padre debajo del aire acondicionado mientras ve los informativos: "Los seres humanos somos la enfermedad del mundo".
Día a día todo pierde sentido. El turismo se sorprende al ver una isla tan virgen, yo me sorprendo al ver una isla tan prostituida.
Bueno, tres semanas más de desesperación ibicenca, y de vuelta a la resignación madrileña.

La Greis